CELO te ofrece las claves para prevenir la corrosión galvánica
Publicado el 02/04/2024
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Publicado el 02/04/2024
CELO te ofrece algunas estrategias y consejos para que puedas prevenir la corrosión galvánica, entre los que destacan la aplicación de recubrimientos antioxidantes en las estructuras de soportación para exteriores.
La corrosión galvánica es un proceso electroquímico que ocasiona la degradación de un metal al entrar en contacto eléctrico con otro metal diferente en presencia de un electrolito.
Para comprenderlo mejor, este fenómeno implica la transferencia de electrones entre dos metales distintos cuando están en contacto y hay humedad presente. Durante este proceso, uno de los metales se sacrifica al corroerse al liberar electrones hacia el metal que posee un potencial electroquímico más alto.
Este efecto surge debido a la generación de una corriente eléctrica entre los dos metales, lo que resulta en el deterioro de uno de ellos. Por ello, es crucial evitar el contacto directo entre metales diferentes en presencia de humedad para prevenir esta ‘disputa eléctrica’ que puede causar daños en los materiales.
La prevención de la corrosión galvánica es esencial en múltiples aplicaciones industriales y estructurales, requiriendo la adopción de medidas específicas para evitar el contacto directo entre metales distintos en presencia de un electrolito, como el agua. Para hacer frente a este desafío, se pueden emplear diversas estrategias. Entre las más usuales se encuentra la inclusión de materiales aislantes, como plásticos o gomas, que reducen las posibilidades de corrosión.
Además, la utilización de recubrimientos protectores, como pinturas o barnices, sirve como una barrera física eficaz que protege los metales de la exposición a agentes corrosivos. La selección cuidadosa de metales compatibles y la utilización de materiales no conductores son prácticas fundamentales para minimizar el riesgo de corrosión galvánica. Asimismo, la aplicación de recubrimientos de zinc a los metales ofrece una alternativa valiosa, al actuar como un ‘metal de sacrificio’, brindando protección galvánica.
En el ámbito del diseño estructural, resulta crucial considerar la posibilidad de corrosión y emplear fijaciones especialmente diseñadas con este propósito. Las inspecciones regulares y el mantenimiento son vitales para garantizar la integridad de los materiales metálicos y prevenir la corrosión galvánica.
La elección de la estrategia adecuada dependerá del entorno específico, los recursos disponibles y el nivel de protección requerido, subrayando la importancia de un enfoque personalizado en cada situación. La integración de estas prácticas en la planificación y ejecución de proyectos contribuye de manera significativa a la durabilidad y confiabilidad de las estructuras y componentes metálicos, según lo asegurado por CELO.
La aplicación de recubrimientos antioxidantes en las estructuras de soportación para exteriores se presenta como una solución fundamental para hacer frente a la corrosión y mantener la integridad de estos elementos esenciales.
Estos recubrimientos funcionan como una capa protectora que previene el contacto directo del metal con el oxígeno y otros agentes corrosivos presentes en el entorno externo.
Según CELO, la línea de productos de soportación KlimaProof es altamente recomendable para estas aplicaciones, ya que es crucial garantizar que los productos seleccionados estén protegidos contra un mínimo de 1,000 horas de exposición a niebla salina, según la norma ISO 9227, y ofrecen una protección completa gracias a su capacidad de autoreparación en los bordes cortados.