WALRAVEN te enseña los diferentes tipos de estructuras para paneles fotovoltaicos del mercado
Publicado el 03/11/2020
Home » WALRAVEN te enseña los diferentes tipos de estructuras para paneles fotovoltaicos del mercado
Publicado el 03/11/2020
La energía solar fotovoltaica es una fuente de energía renovable y no contaminante, que se obtiene transformando la luz del sol en electricidad mediante el efecto fotoeléctrico.
WALRAVEN clasifica en tres los tipos de instalaciones fotovoltaicas en función del tamaño o potencia de la misma. Por un lado la gran instalación a partir de 5MW, seguida de la mediana a partir de 41 kW y finalmente la pequeña a partir de los 3,3kW.
También existe otra forma de clasificar las instalaciones fotovoltaicas en dos grandes grupos. Tenemos las instalaciones SFA (Solar Fotovoltaica Aislada) que no están conectadas a la red, y que se caracterizan por ser sistemas con una tensión baja de menos de 15kW. Por lo tanto, las instalaciones que usan este tipo de sistema serán principalmente pequeñas.
En el segundo grupo tenemos las instalaciones SFCR (Solar Fotovoltaicas Conectadas a la Red), cuya característica principal es que se mantiene conectada a la red, y nos permite suministrar energía a instalaciones cercanas al punto de producción. Otra de sus posibilidades es la inyección de energía en la red como si fuera una planta de producción energética de otras características.
En cuestión de estructura para la instalación de paneles fotovoltaicos, encontramos distintos tipos que se adaptan a los requerimientos y necesidades dependiendo de varios factores.
Por ejemplo es importante el terreno donde se van a instalar, así como las condiciones meteorológicas o si es necesario el movimiento de los paneles para buscar más radiación entre otros. Los principales tipos de estructuras son las siguientes:
Las estructuras fijas a suelo son más comunes de ver, y que consisten en instalaciones mediante perfiles metálicos, que permiten la colocación de paneles fotovoltaicos encima.
Para este tipo de sistemas hay que realizar previamente un estudio que identifique las condiciones meteorológicas como por ejemplo la fuerza del viento y la nieve, el tipo de terreno o el entorno en el que se va a realizar la instalación. El objetivo es asegurar un correcto funcionamiento mecánico de la estructura.
Este tipo de instalaciones se suele ver en las cubiertas, aunque para evitarnos problemas de filtraciones de agua se recomienda no perforarlas. Este tipo de sistemas aseguran un funcionamiento mecánico apropiado de la estructura, a través de lastres que aseguran que el viento no los pueda mover.
El ángulo de inclinación de los paneles se suele reducir, ya que así se reduce la fuerza del viento. En caso contrario el peso del lastre tendría que ser muy grande, y la cubierta podría quedar sobre solicitada. Se requiere un estudio estructural adicional de la cubierta.
En cuestión de fabricación y mantenimiento, este tipo de estructuras son las más costosas debido a que se trata de un sistema más complejo, con partes móviles y que requiere mayor tiempo de instalación.
Con ellos se optimiza la producción eléctrica producida por el panel, ya que se mantiene durante el mayor tiempo posible perpendicular a los rayos del sol. Su movimiento imita el gesto natural del girasol, adaptándose a los movimientos relativos del sol.
En este caso nos referimos a uno de los sistemas más novedosos en materia de suportación de paneles fotovoltaicos. Se instala en el agua mediante el uso de módulos flotantes, y sirven para ocupar grandes superficies de paneles sin utilizar grandes terrenos destinados a tareas agrarias u otros servicios.
Su uso aporta beneficios a los ecosistemas ya que con ellos se reduce la temperatura del agua, por lo tanto se evapora menos, y se reduce la aparición de las típicas algas. Igualmente, hay que tener en cuenta que la instalación de este sistema no perjudica la supervivencia del ecosistema ni su bienestar.
En conclusión, desde el pasado 5 de Octubre de 2018 donde se se derogó el real decreto 900/2015, más conocido como «impuesto al sol», se ha abierto una oportunidad para el autoconsumo, y para consolidar la energía fotovoltaica como un pilar básico de la demanda energética.