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La iluminación conectada de INTERACT puede contribuir a que las ciudades sean más sostenibles e inteligentes

El mundo está experimentando una creciente urbanización, con más del 50% de la población viviendo en áreas urbanas desde 2007 y se espera que esta cifra aumente al 60% para 2030. Este incremento en la urbanización implica una mayor responsabilidad ambiental para las ciudades inteligentes, ya que son responsables del 70% de las emisiones de carbono y del 60% del consumo de recursos. Las ciudades inteligentes deben liderar la transición hacia un futuro más sostenible, y la implementación de tecnologías como la inteligencia artificial es esencial para lograrlo.

¿Qué es la IA?

Las ciudades inteligentes enfrentan el desafío de definir la Inteligencia Artificial (IA), ya que su naturaleza abarca diversas posibilidades y está en constante cambio, con aprendizaje y evolución inherentes a su propósito. En su esencia, la IA emplea computadoras y dispositivos para replicar las habilidades de resolución de problemas y toma de decisiones humanas, convirtiendo objetivos humanos en procesos matemáticos.

La IA ha sido identificada como una herramienta tecnológica con un gran potencial de desarrollo pero también con riesgos significativos, especialmente en lo que respecta a la privacidad de los datos en las ciudades inteligentes. Estas dependen de la información proporcionada por los ciudadanos, lo que plantea preocupaciones sobre el acceso no autorizado que podría provocar problemas graves. Además, existe la posibilidad de mal uso por parte del gobierno, lo que podría amenazar la privacidad individual. Por ejemplo, un hacker podría aprovecharse de los sistemas inteligentes de gestión del tráfico para causar caos.

Por lo tanto, es fundamental que las ciudades inteligentes establezcan medidas para garantizar el uso apropiado de la IA, avanzando en su agenda de sostenibilidad de manera responsable y equitativa.

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IA en las ciudades inteligentes

La tecnología de Inteligencia Artificial (IA) puede tener un impacto significativo en prácticamente todos los aspectos de las urbes inteligentes. Mejora la seguridad a través de la detección de incidentes y la vigilancia inteligente mediante cámaras CCTV. Optimiza la eficiencia en la gestión del tráfico y el estacionamiento en carreteras, así como en actualizaciones automatizadas y seguimiento en el transporte público. También supervisa la calidad del aire, maneja la gestión de residuos y analiza el consumo de energía, todo esto sin entrar en detalles excesivos.

Para llevar a cabo estas tareas, la IA se basa en datos, procesándolos, identificando patrones y desarrollando soluciones basadas en ellos, incluso anticipando posibles problemas futuros para mitigarlos. Por lo tanto, cualquier ciudad interesada en aprovechar el potencial de la IA debe garantizar que sus servicios urbanos estén recopilando datos de manera efectiva, donde la iluminación conectada podría tener un papel clave.

Socios sostenibles: iluminación conectada con inteligencia artificial

El alumbrado público conectado puede servir como una plataforma eficaz para implementar una red de sensores segura y distribuida, permitiendo la recopilación de datos necesarios para la IA en toda la ciudad. Sistemas como INTERACT ofrecen experiencias de iluminación superiores y al mismo tiempo son fundamentales para el desarrollo de ciudades inteligentes y sostenibles.

Los sensores integrados en el alumbrado público pueden monitorear la calidad del aire, la temperatura y detectar sonidos como disparos o rotura de ventanas, alertando a los equipos de emergencia en tiempo real para reducir la tasa de criminalidad y aumentar la seguridad ciudadana. Además, estos sensores pueden mejorar la gestión del tráfico al proporcionar información en tiempo real, beneficiando tanto a los gestores de tráfico como a los conductores a través de aplicaciones móviles.

La iluminación conectada desempeña un papel esencial en la sostenibilidad, ya que si todas las empresas y ciudades adoptaran LED conectados, podrían reducirse las emisiones de carbono en más de 553 millones de toneladas de CO2 al año, equivalente a la absorción de carbono por 25.000 millones de árboles en un año.

Por lo tanto, las ciudades inteligentes comprometidas con la sostenibilidad deben considerar los beneficios de la iluminación conectada como un habilitador de las capacidades de la IA y como una solución sostenible por derecho propio.

Peligros potenciales

La inteligencia artificial (IA) jugará un papel fundamental en abordar los desafíos globales en los ámbitos social, económico y medioambiental, aunque es crucial reconocer sus limitaciones.

El informe ‘AI & Cities: Risks, Applications and Governance’, publicado por ONU-Hábitat en colaboración con el Instituto de Inteligencia Artificial Mila-Quebec, destaca algunos de estos riesgos. Los autores subrayan que los algoritmos, para razonar, necesitan comprender su entorno, lo que se logra a través de datos. Por lo tanto, cualquier sesgo en los datos se reflejará en el razonamiento del algoritmo y en los resultados que produce.

La IA traduce los objetivos humanos en términos matemáticos, pero si estos objetivos están influenciados por prejuicios existentes, los datos reforzarán esas suposiciones.

Además, la IA no puede evaluar adecuadamente su propio desempeño. Aunque se la pueda percibir como un «pensador» neutral, carece de una comprensión contextual más amplia y solo puede producir resultados basados en sus objetivos de optimización predefinidos, lo que puede contradecir consideraciones más amplias o, peor aún, servir a propósitos engañosos.

Los sistemas de IA son inherentemente matemáticos y pueden carecer de la capacidad para integrar matices, lo que a veces resulta en la exclusión o subrepresentación de información subjetiva y cualitativa en sus conclusiones.

Minimizar el riesgo con gobernanza y responsabilidad

Existen formas de mitigar los riesgos asociados con las deficiencias de la inteligencia artificial, siendo fundamentales la gobernanza y las responsabilidades.

La responsabilidad asegura que una entidad sea siempre considerada responsable del impacto de la IA, independientemente de cómo evolucionen los sistemas basados en algoritmos. Esto puede prevenir desviaciones hacia la vigilancia u otros usos inapropiados, así como evitar manipulaciones deliberadas de los objetivos de la IA.

Por otro lado, la gobernanza de la IA abarca regulaciones, ética, normas y procesos sociales que garantizan su uso inclusivo y equitativo. Esto impide que los hallazgos de la IA amplíen brechas digitales o acentúen desigualdades existentes, permitiendo a las autoridades locales evaluar oportunidades y riesgos según el contexto local.

Además, es vital consultar a los ciudadanos y comunidades sobre el uso de la IA en sus entornos. Su opinión es esencial para asegurar que una herramienta tan poderosa se aplique de manera responsable y beneficiosa para la comunidad.