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Cómo los superconductores transformarán la energía del futuro para una transición segura y eficiente, según NEXANS

De acuerdo con NEXANS, empresa especializada en soluciones en cables de cobre y de fibra óptica para la industria y el sector de la construcción, en la actualidad existen más de 3.000 gigavatios de proyectos de energías renovables en espera de conexión a las redes en todo el mundo. Este volumen refleja la magnitud del desafío. 

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¿Qué otros desafíos existen?

El transporte de la electricidad es dónde radica el problema. Según NEXANS, las infraestructuras - diseñadas hace varias décadas - ya no pueden absorber la creciente demanda impulsada por los vehículos eléctricos, las bombas de calor, el hidrógeno o los centros de datos. Por ejemplo, en Nueva York, la red subterránea de más de 50 años ya está saturada. En este sentido, las soluciones tradicionales requieren obras costosas, largas y complejas, especialmente en zonas urbanas densas. 

A su vez, observan desde la compañía que aumentan las exigencias de fiabilidad, seguridad y sostenibilidad: limitar los cortes de suministro, reducir las interferencias electromagnéticas, reciclar los equipos y disminuir las emisiones de CO₂. Se estima que, a nivel global, será necesario instalar o renovar 80 millones de kilómetros de cables de aquí a 2040, explican desde NEXANS. De este modo, con la tecnología convencional no será suficiente. 

Por otro lado, los centros de datos de gran escala agravan aún más la presión, según NEXANS. Su potencia - en ocasiones superior a los 5 GW - plantea enormes retos en distribución, refrigeración y huella de carbono. Con el auge de la inteligencia artificial y la computación en la nube, se han convertido en un eslabón crítico del sistema eléctrico mundial. 

Soluciones a los desafíos de la red eléctrica

En este contexto, los cables superconductores de alta temperatura (HTS) ofrecen una alternativa revolucionaria. Al enfriarse con nitrógeno líquido (≈ -200 °C), eliminan toda resistencia eléctrica. De esta forma, evitan las pérdidas de transmisión (que en Europa alcanzan hasta un 10 %, es decir, unos 180 TWh anuales). Sus ventajas son claras: 

  • Mayor compacidad: sin calor ni interferencias, requieren menos espacio y se integran fácilmente en zonas urbanas. 
  • Capacidad sobresaliente: un solo cable HTS puede transportar más de 3 GW, reduciendo la necesidad de circuitos y subestaciones. 
  • Impacto ambiental reducido: menos obras, menores costos y mejor aceptación social. 
  • Resiliencia superior: resistentes a las inclemencias del tiempo y casi sin campos parásitos, garantizan un suministro eléctrico confiable. 

A ello se suman los limitadores de corriente de fallo superconductores (SFCL). Estos permanecen invisibles durante la operación normal y actúan de manera automática en caso de incidente. Así, protegen la red sin necesidad de control activo. Esta tecnología facilita la integración de múltiples fuentes descentralizadas y prepara el terreno para la electrificación masiva (vehículos eléctricos, industrias o centros de datos). 

Superconductores como ventaja competitiva

La madurez tecnológica y las perspectivas económicas hacen que la adopción de los superconductores sea posible y urgente. Empresas como NEXANS en Europa ya trabajan en estas soluciones y contribuyen a la normalización internacional. La cuestión ya no es si transformarán los sistemas eléctricos, sino a qué velocidad ocurrirá. Quienes adopten pronto esta tecnología obtendrán una ventaja competitiva en capacidad, fiabilidad y sostenibilidad. 

En definitiva, los cables superconductores HTS representan una auténtica revolución energética, capaz de acompañar la transición hacia un futuro eléctrico seguro, eficiente y resiliente.